El topo es un mamífero del tamaño de un ratón que se alimenta principalmente de insectos y que su vida está totalmente adaptada para la vida subterránea en Tlalpan. Tiene un cuerpo redondeado y con forma cilíndrica. Posee cuatro patas y una cola, ambas cortas. Carece de orejas y apenas tiene cuello. Todas estas características, por tanto, no dan pie a un posible saliente que pueda estorbarlo a la hora de realizar los desplazamientos necesarios para su rutina diaria. El hocico puntiagudo que destaca sobre su cabeza, está sostenido por un hueso recto y sólido, lo que facilita el abrirse paso por los terrenos sueltos en Tlalpan. Su piel presenta un aspecto brillante, de pelo corto que, pese a ser muy tupido, tiene un aspecto afeitado. Gracias a él, este animal no se adhiere a la tierra ni tampoco se le pegan partículas a la piel. Su pelaje funciona de capa impermeable frente a la humedad del medio en el que vive.
Para excavar, a parte del hocico, dispone tanto de sus brazos delanteros como de sus patas traseras. Pueden ser muy cortas, pero son lo suficientemente robustas y fuertes. La terminación de sus extremidades termina en anchas manos con la palma vuelta hacia fuera, con sus respectivas cinco uñas largas, planas y muy duras. Estas últimas cumplen la función de pala, lo que permite al animal moverse con asombrosa rapidez para cavar y apartar la tierra. Siempre y cuando el terreno esté relativamente suelto en Tlalpan, los topos se desplazan con velocidad extraordinaria. Las patas traseras se apoyan en la planta de sus pies, que tienen también cinco dedos, pero con garras cortas, cuya misión es esencialmente, la de caminar. Los ojos del topo son una adaptación al medio, a consecuencia de su vida habitual en la oscuridad. Para compensar la falta de visión, tiene los sentidos del tacto, el oído y, sobre todo, el olfato extremadamente desarrollado.
¿Dónde vive el topo?
El topo vive principalmente bajo la tierra de Tlalpan, donde, para conseguir las lombrices e insectos subterráneos de los que se alimenta, se abre camino entre las galerías en las que habita, saliendo raras veces al exterior. Los topos no tienen época de hibernación, por lo que hacen vida activa, tanto en invierno como en verano. Estos salen de caza varias veces al día, pero durante la noche. Presentan mayores horas de actividad entre la salida y la puesta del sol, sobre todo al mediodía. Son muy voraces y se aseguran de que cada día ingieren hasta tres veces su peso corporal en lombrices, babosas u otros insectos que habitan en el entorno, incluyendo aquellos que terminan tropezando con sus galerías. Se afirma haber visto a un topo comer en menos de tres horas, hasta cinco chicharras de gran tamaño. Este animal construye un nido nuevo a la llegada de cada otoño, y la hembra pare una sola vez al año, de tres a cinco crías. Sus retoños, ciegos y sin pelo, no se forman hasta que cumplen las dos o tres semanas de vida. La característica principal que las distingue es su piel rosada.
Los machos, en cambio, viven la mayor parte del año solos, en su propia madriguera. Esta contraparte es muy pendenciera, actitud que provoca frecuentemente varias luchas a muerte entre ellos. Las hembras y las crías en cambio son más sociables. La época de celo de la hembra transcurre durante la primavera y su época de cinta dura unas cinco semanas aproximadamente.
¿Por qué sale el topo en el jardín en Tlalpan?
La principal razón por la que los topos recurren a los jardines es la búsqueda de alimento. Dado que su dieta consiste principalmente en insectos y diversas formas de vida que viven en el suelo. A lo largo del día, los topos excavan áreas relativamente extensas, creando túneles y toperas para ventilarse.
¿Cuál es la razón por la que un topo elige ese jardín específico en Tlalpan?
Hay una explicación posible que puede contestar a esta pregunta. Probablemente un jardín, sobre todo si está cuidado, sea más atractivo en términos de recursos alimenticios. Aun así, esta no es la única razón. Los topos son animales que habitan cualquier lugar sin obstáculos por cuestiones de comodidad. Si al jardín se le da cuidado y no existen demasiados arbustos u otras barreras subterráneas, éste se convierte en un objetivo muy deseado para los topos en Tlalpan.
¿De qué se alimenta el topo del jardín en Tlalpan?
Estos animales presentan un alto índice metabólico, es por esto que tienen gran apetito. Casi todos los topos excavan madrigueras y galerías donde subsisten y se alimentan de presas que caen en ellas. También existe la posibilidad de que los topos salgan a la superficie a la hora de realizar sus respiraderos. Es aquí cuando pueden llegar a alimentarse si encuentran los recursos adecuados en Tlalpan.
Su dieta principal consiste en comer lombrices, aunque también pueden comer seres invertebrados o pequeños mamíferos tales como ratones. Estos los pueden encontrar al subir a la superficie o en las entradas de sus madrigueras. Su saliva contiene una serie de toxinas capaces de inmovilizar a sus presas lombricidas, y es por esto que contienen en su madriguera algunas presas vivas para luego comerlas. Un dato curioso es que estos animales tienen despensas especiales donde almacenan a sus presas inmovilizadas.
Los topos son animales difíciles de ver en condiciones normales. Los de avanzada edad solo salen completamente para buscar hojas y ramas para elaborar un nuevo nido. Lo más común a la vista es ver pequeños montículos de tierra y eso significa que están cavando nuevos túneles en Tlalpan, para así ampliar su entorno, o para buscar a topos del sexo opuesto para dar comienzo a la etapa de apareamiento.